El ultraderechista Bolsonaro promete defender la Constitución y la democracia en Brasil tras ganar las elecciones

Elecciones en Brasil | Análisis

 

  • Ha ganado las elecciones presidenciales en Brasil con un 55% de los votos
  • Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores, ha logrado un 45% de los votos
AGENCIAS

Jair Bolsonaro gana las elecciones presidenciales en Brasil con un 55% de los votos

El ultraderechista Jair Bolsonaro ha ganado las elecciones presidenciales en Brasil con un 55,13% de los votos frente al 44,87% de su competidor, el progresista Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT). Con un 100% del censo escrutado, Bolsonaro sucederá al mandatario Michel Temer el próximo 1 de enero para gobernar el país hasta 2022.

En un discurso leído ante las cámaras de televisión, el presidente electo se ha comprometido a «pacificar» el país y defender «la Constitución, la democracia y la libertad». El ultraderechista ha recalcado que su Gobierno será «constitucional y democrático y trabajará para recuperar el «respeto internacional» por Brasil.

«Les ofrezco un Gobierno decente que trabajará para todos los brasileños», ha afirmado Bolsonaro, a la vez que ha añadido su compromiso con la libertad de «ir y venir» de las personas, la libertad religiosa y política y la libertad de informar y de tener opinión.

El futuro presidente ha afirmado que ha recibido llamadas de felicitación de varios líderes mundiales, entre los que citó al estadounidense Donald Trump, y ha dicho que, como mandatario, pretende acercarse a otros países que han sido relegados por el gigante sudamericano. «El presidente de Estados Unidos acaba de llamarnos y nos deseó buena suerte. Obviamente fue un contacto bastante amigable», ha explicado el diputado ultraderechista al destacar la llamada de Trump, a quien considera como un modelo.

La comunidad internacional le desea éxito

Aquí en España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha entrado a valorar la victoria de Bolsonaro y se ha limitado a destacar en un tuit que «el pueblo brasileño ha decidido su futuro para los próximos años» y que «los desafíos serán enormes».

El líder socialista ha indicado que Brasil «siempre contará con España para conseguir una América Latina más igualitaria y más justa, la esperanza que ha de iluminar las decisiones de todo gobernante».

Ni siquiera mandatarios latinoamericanos izquierdistas, como el venezolano Nicolás Maduro, se abstuvieron de felicitar al pueblo brasileño por las elecciones. En un comunicado difundido vía Twitter por su canciller, Jorge Arreaza, Maduro ha pedido a Bolsonaro «retomar» las «relaciones diplomáticas de respeto, armonía, progreso e integración regional, por el bienestar» de ambos países.

También ha recordado Maduro que su gobierno «ratifica su compromiso de continuar trabajando de la mano» del pueblo brasileño «en la lucha por un mundo más justo, multicéntrico y pluripolar, en el que prevalezca la libre autodeterminación de los pueblos y la no injerencia en los asuntos internos».

En la misma línea, el presidente argentino, Mauricio Macri, ha mostrado en la misma red social su deseo de que «pronto» trabajen juntos por las relaciones bilaterales y el «bienestar» de los ciudadanos de ambos países.

Por su parte, el mandatario chileno, Sebastián Piñera, ha invitado a Bolsonaro a visitar su país «como presidente electo» y ha recordado las «buenas relaciones» entre Chile y Brasil, concretadas en varios acuerdos firmados con su actual Gobierno.

Haddad dice que velará por aquellos que divergen de Bolsonaro

Por su parte, el socialista Fernando Haddad, en su primer pronunciamiento tras conocerse el resultado de las elecciones, ha asegurado que, desde la oposición, velará para que se respete a la parte de la población que diverge del presidente electo del país.

«Tuvimos más de 46 millones de votos, es decir, que representamos a una parte expresiva de la población brasileña, que necesita ser respetada», ha afirmado el candidato del TP, quien sucedió como candidato del PT al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, inhabilitado por estar encarcelado y cumpliendo una condena de 12 años por corrupción.

Haddad ha añadido que, pese a que asumirá el deber de ejercer la oposición, la formación liderada por Lula actuará colocando el interés de todos los brasileños por encima de todo.

«No dejaremos el país atrás. Lo colocaremos por encima de todo. Defenderemos nuestro punto de vista respetando la democracia, especialmente por lo que está en juego», ha asegurado el candidato socialista, al insistir en que la victoria de Bolsonaro pone en riesgo la democracia en Brasil.

El ahijado político de Lula ha dicho que su partido no dejará de ejercer la ciudadanía y de luchar por el fortalecimiento de las instituciones hasta las próximas elecciones presidenciales, dentro de 4 años. «Tal vez Brasil nunca haya necesitado tanto el ejercicio de la ciudadanía como ahora», ha afirmado.

Por su parte, el mandatario brasileño, Michel Temer, ha felicitado a Bolsonaro y ha declarado que está convencido de que el líder de la ultraderecha gobernará el país «con paz y armonía». Temer ha dicho que se comunicó telefónicamente con Bolsonaro y le garantizó una transición «tranquila» y que pondrá a su disposición toda la información del Gobierno, sobre aquello que «se hizo» y sobre lo que considera que «aún falta» por hacer.

Un claro favorito

Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército que defiende la dictadura que imperó entre 1964 y 1965 y es conocido por opiniones de talante racista, machista y homofóbico, estuvo al frente de todas las encuestas de opinión desde hace meses.

Haddad entró en campaña el pasado 11 de septiembre, cuando fue anunciado como sustituto de Luiz Inácio Lula da Silva, hasta ese momento candidato del PT pero vetado por la justicia electoral por su condición de presidiario y por estar condenado a 12 años por corrupción.

En la primera vuelta celebrada el pasado día 7, Bolsonaro ganó con un 46% de los votos, y Haddad quedó en el segundo lugar, con un 29%, entre un total de trece candidatos.

El pasado 6 de septiembre, en medio de la campaña para la primera vuelta, Bolsonaro fue apuñalado en medio de un mitin y permaneció hospitalizado durante 23 días. Las heridas obligaron a los médicos a someterle a dos operaciones y lo mantuvieron hospitalizado durante 23 días, lo que interrumpió su campaña en las calles, que desde entonces se limitó a las redes sociales.

También debido a su situación de salud, desistió de participar en los cuatro debates que lo habrían enfrentado a Haddad en televisión durante la campaña para la segunda vuelta. Haddad criticó esa postura, sobre todo después de que los médicos liberaron a Bolsonaro para estar presente en los debates.

Bolsonaro gana en Brasil apoyándose en el descrédito de la clase política por la corrupción

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Un candidato libre de corrupción

El disgusto de los brasileños con los líderes políticos tradicionales es palpable. Solo el 13% se mostró “satisfecho” o “muy satisfecho” con la democracia en general en 2017, según la encuesta anual realizada por Latinobarómetro, un centro de estudios chileno.

Los méritos de Bolsonaro como diputado son escasos (es autor solo de dos proyectos que se convirtieron en ley), pero nunca se ha visto empañado por casos de corrupción, lo que a ojos de muchos brasileños ya le otorga una mínima credibilidad de la que carecen sus adversarios. Sobre esta base, Bolsonaro ha levantado sus promesas de orden y soluciones expeditivas a los problemas del país.

«Los mensajes de Bolsonaro son muy claros – explica Anna Ayuso, Investigadora senior para América Latina de CIDOB – Ofrece soluciones simples a problemas complejos. Puro populismo«. Pero, «para bien o para mal», apostilla Ayuso, la corrupción generalizada en el resto de candidaturas le han hecho aparecer como el candidato de la «renovación».

Para Esther Solano, polítologa y profesora de la Universidad de São Paulo, Bolsonaro ha sabido cabalgar un «sentimiento de frustración con la política, de descrédito, cansancio e incluso rabia con la forma tradicional de hacer política» que se ha extendido también a los medios de comunicación, desbordados en esta campaña por las redes sociales.

Solano ubica al nuevo presidente brasileño en la estela de otros líderes de la derecha o la extrema derecha mundial, como Matteo Salvini en Italia, Viktor Orban en Hungría o el propio presidente estadoundiense, Donald Trump.

Un voto contra Lula y el PT

«Esta elección se ha ganado en la oposición al Partido de los Trabajadores», considera Carlos Malamud. «Lula le endosó a Haddad todo el rechazo que una parte fundamental de la sociedad brasileña siente por Lula y el PT», añade.

El fundador del PT, el expresidente Luiz Inácio Lula de Silva, cumple una condena de 12 años de prisión por corrupción y lavado de dinero. Su sucesora, Dilma Rousseff, fue destituida por el Parlamento por sospechas de prevaricación.

No obstante, el PT sigue siendo el partido mayoritario en un Parlamento muy fragmentado (30 partidos), que será precisamente el freno a los posibles excesos de Bolsonaro.

«La moderación le vendrá por la vía de los hechos. Su partido [el Social-Liberal] solo tiene el 10% en el Parlamento», subraya Anna Ayuso.

Incluso entre la mayoría parlamentaria conservadora hay diferencias en política económica entre neoliberales y proteccionistas. «La negociación será dura, son políticos de la vieja escuela», considera Esther Solano.

La profesora de la Universidad de São Paulo augura también un fuerte antagonismo por la izquierda, tanto en el Parlamento como en la calle, que se movilizó tras la victoria de Bolsonaro en la primera vuelta.

Durante las horas posteriores al anuncio del resultado, grupos de jóvenes opositores a Bolsonaro han salido a protestar en las calles de las grandes ciudades. Otros han volcado su decepción en las redes sociales, donde la etiqueta #EleNaoEMeuPresidente («No es mi presidente») se ha convertido en tendencia global.

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