Elaborado por AndaluzNews
El mundo parece estar profundamente desestabilizado por el caos y la incertidumbre, quizá más que nunca desde el final de la Guerra Fría.
Los líderes con tendencias autoritarias están en ascenso. Las alianzas en Occidente están tensas. El orden post Segunda Guerra Mundial se tambalea conforme los conflictos se extienden más allá de las fronteras, y las instituciones internacionales no están brindando soluciones.
La guerra civil en Siria, cuyos efectos se han expandido más allá de las fronteras del país, ha motivado o exacerbado muchos de estos retos.
Ahora que está en su séptimo año, esta guerra a la que se ha permitido causar estragos durante tanto tiempo ha provocado no solo una indescriptible miseria para millones de sirios, sino que también ha impactado a todo el mundo.
Refugiados sirios el mundo
Millones de sirios se han convertido en refugiados en países vecinos y en toda Europa. La idea de que el mundo no permitiría que ningún dirigente matara indiscriminadamente a sus propios ciudadanos ahora parece estar en franca retirada en un conflicto en el que más de 400.000 sirios han muerto. La respuesta del gobierno sirio amenaza con normalizar niveles de brutalidad estatal que no han sido visto en décadas.
La ONU está paralizada. Las agencias de ayuda humanitaria están rebasadas. La decisión que tomó el presidente Trump a principios de abril de bombardear una base aérea siria en respuesta a un ataque a civiles con armas químicas fue muy celebrada por opositores sirios e internacionales al gobierno del presidente Bashar al Asad: no porque prometiera un camino hacia la paz –no lo hizo–, sino porque al menos constituía una respuesta simbólica a un conflicto tan terrible y desestabilizador. Sin embargo, ese bombardeo unilateral, por sí mismo, aumenta la sensación de que el mundo es un lugar volátil e impredecible.
Además, semanas después, el gobierno sirio continúa con su política de bombardeos de tierra quemada.
No hay consenso sobre lo que se debió haber hecho al comienzo de la crisis de Siria ni sobre lo que debería hacerse ahora. Se extienden los debates acerca de si un primer enfoque con más fuerza habría dado un mejor resultado. En Siria hay demasiados intereses en juego como para que las respuestas sean fáciles.
No obstante, desde el principio las potencias de Occidente – en particular la Casa Blanca- adoptaron una postura de no meter las manos, en gran parte porque aún lidiaban con las consecuencias de una intervención previa: la problemática invasión y ocupación de Irak. Los funcionarios estaban decididos a no cometer el mismo error de nuevo, aunque las lecciones de Irak fueron, en el mejor de los casos, una guía imperfecta para Siria.
En 2011, cuando ocurrieron las primeras protestas pacíficas en Siria – en las que se exigían más derechos políticos, menos corrupción y el Estado de derecho – las fuerzas de seguridad de Asad las detuvieron con violencia. Algunos de sus oponentes tomaron las armas y la guerra fue escalando hacia un flujo sin fin de atrocidades.
No había forma en que los efectos quedaran constreñidos a las fronteras de Siria, ni siquiera a las del Medio Oriente. Más de 5 millones de sirios han huido a países vecinos. Cientos de miles finalmente migraron hacia Europa, uniéndose a cientos de miles de otros migrantes en una ruta de refugiados a lo largo del Mediterráneo y a través de los Balcanes.
Las imágenes de multitudes de refugiados desesperados y de la violencia excesiva en sus hogares, de la cual huían se usaron para alentar movimientos políticos de extrema derecha que siguen sacudiendo a Europa y Estados Unidos.
La crisis de refugiados planteó uno de los mayores retos en generaciones a la cohesión de la Unión Europea y lo que había parecido que defendía: la libertad de movimiento, las fronteras comunes, la tolerancia y el pluralismo. Intensificó las ya atemperadas angustias sobre la identidad y la cultura, alimentando la inseguridad económica y la desconfianza hacia las élites gobernantes que habían crecido durante décadas de globalización y crisis financieras.
Al mismo tiempo, el conflicto en Siria expuso las fallas de los sistemas establecidos durante los últimos 75 años, después de dos guerras mundiales, para mantener la paz, evitar la persecución, hacer a los líderes rendir cuentas y brindar ayuda a los más vulnerables… minando la confianza en esas instituciones e ideales cuando más se necesitan.
La confianza en la Unión Europea y las Naciones Unidas, creadas tras esas guerras mundiales con la pretensión de evitar conflictos futuros, va en picada. Los Convenios de Ginebra para proteger a los civiles en tiempos de guerra – cuyo cumplimiento nunca se hizo valer de manera uniforme- ahora se desprecian abiertamente.
Durante la década en la que he reportado sobre violencia contra los civiles en Medio Oriente, los asesinatos en masa por parte de Estados y movimientos políticos han sido menos llamativos para las audiencias del resto del mundo que algunas masacres más teatrales como decapitaciones por parte del Estado Islámico y sus predecesores de Al Qaeda. Es difícil no sentir que los temores al terrorismo islamista son tan intensos que, con tal de combatirlo, muchos en Occidente prefieren tolerar cuantas muertes haya de civiles árabes o musulmanes.
Los problemas de Siria empeoraron y explotaron en parte por problemáticas internacionales, más amplias y en ebullición. Rusia intentaba retomar su importancia internacional, Estados Unidos se retraía por la resaca de Irak, Europa estaba consumida en sus propios problemas económicos y sus divisiones políticas. Rusia y Estados Unidos vieron intereses opuestos en Siria, bloqueando así al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La crisis expuso las contradicciones en el seno del sistema de la ONU: el Consejo de Seguridad da el poder de veto a los cinco ganadores de la Segunda Guerra Mundial. Además, el énfasis de la organización en la soberanía de cada Estado no cuenta con disposiciones adecuadas para los casos en los que los regímenes abusan de sus propias poblaciones, ni para la artificialidad de las fronteras nacionales como las de Siria, establecidas hace un siglo por los ocupadores occidentales.
En este conflicto, Naciones Unidas ha quedado reducida a solo documentar más crímenes de guerra en Siria, a menudo después de que los combatientes los realizan para ganar en el terreno.
La crisis de refugiados de Siria en cifras
Refugiados en la región
Hay más de 4,8 millones de refugiados sirios en sólo cinco países: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto:
- Turquía acoge a 2,7 millones de refugiados sirios, más que ningún otro país del mundo.
- Líbano acoge a alrededor de 1 millón de refugiados sirios, lo que equivale a casi uno de cada cinco habitantes del país.
- Jordania acoge a unos 655.675 refugiados sirios, lo que equivale aproximadamente al 10% de la población.
- Irak, donde hay ya 3,1 millones de personas internamente desplazadas, acoge a 228.894 refugiados sirios.
- Egipto acoge a 115.204 refugiados sirios.
Al finalizar noviembre de 2016, el llamamiento humanitario de la ONU de 2016 en favor de los refugiados sirios sólo estaba financiado en un 56%.
El 93% de los refugiados sirios residentes en zonas urbanas de Jordania vive por debajo del umbral de pobreza, al igual que el 70% de los refugiados sirios de Líbano, el 65% de Egipto y el 37% de Irak.
Desplazadas dentro de Siria
Según la ONU, alrededor de 13,5 millones de personas necesitan asistencia humanitaria urgente dentro de Siria. Se prevé que el número de personas desplazadas dentro de Siria aumente hasta llegar a 8,7 millones al finalizar 2016.
Los cinco países que tienen frontera con Siria (Irak, Israel, Jordania, Líbano y Turquía) han cerrado sus fronteras a las personas que huyen del conflicto. En la actualidad, hay más de 75.000 sirios atrapados en condiciones atroces en la frontera entre Siria y Jordania. Es probable que el conflicto en curso en Siria, incluidos los recientes ataques en Alepo, empuje a más personas a tratar de huir del país.
Entre enero y septiembre de 2016, la mayoría de las personas que cruzaban el Mediterráneo para llegar a Europa (el 26,2%) era de nacionalidad siria.
Reasentamiento internacional
Desde el comienzo de la crisis de Siria se han comprometido en total en todo el mundo 224.694 plazas de reasentamiento y otras vías de admisión, lo que equivale a tan sólo el 4,7% de la población total de refugiados sirios de Líbano, Jordania, Irak, Egipto y Turquía.
Al menos 480.000 personas refugiadas en los cinco principales países de acogida —el 10%— necesitan ser reasentadas, según el ACNUR (la Agencia de la ONU para los Refugiados).
Datos clave
- Los países del Golfo –Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Kuwait y Bahréin– no han ofrecido ninguna plaza de reasentamiento para refugiados sirios.
- Otros países de altos ingresos, como Rusia, Singapur y Corea del Sur, tampoco han ofrecido ninguna plaza de reasentamiento.
- Alemania ha prometido 43.431 plazas de reasentamiento y otras vías de admisión a refugiados sirios, alrededor del 46% del total de la UE.
- Excluida Alemania, los 27 países restantes de la UE han prometido unas 51.205 plazas de reasentamiento y otras vías de admisión, lo que equivale aproximadamente al 1% de la población refugiada siria en los principales países de acogida.
- Alemania y Suecia han recibido entre las dos el 64% de las solicitudes de asilo sirias en Europa entre abril de 2011 y octubre de 2016.
Según un estudio, más de la mitad de los refugiados del mundo son sirios
Las cifras que maneja la organización Amnistía Internacional muestran que el 54% de los 22 millones de refugiados son exiliados de la guerra civil que azota al país de Medio Oriente
A seite años de iniciada la guerra civil en Siria, en la que están involucradas las principales potencias del mundo, más 14 millones de personas se vieron desplazados de sus hogares, entre ellos cinco millones que abandonaron el país en calidad de refugiados .
Según las cifras que maneja Amnistía Internacional, el 54% de los 22 millones de refugiados de todo el mundo -la mitad de ellos niños- son sirios.
Esa organización humanitaria comenzó en Buenos Aires una campaña de difusión sobre las consecuencias de la guerra sobre la población civil y en especial sobre el drama de los refugiados.
Después de más de seite años y medio de guerra civil, en que los combates o las fuerzas gubernamentales empujaron a 14 millones de personas a abandonar sus hogares, Siria se sumió en una profunda crisis humanitaria.
La inmensa mayoría de los refugiados sirios, unos 4,8 millones, lograron llegar a 5 países: Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto.
La Argentina, donde ya viven unos 5.000 refugiados de diferentes nacionalidades y hay otras 1.000 solicitantes de asilo, recibió en los últimos años a 300 refugiados sirios, según la información proporcionada por AI.
Desde el inicio de la guerra unas 210.000 personas perdieron la vida y otras 840.000 han resultado heridas, casi cuatro millones de sirios han huido como refugiados, y otro millón y medio han emigrado en busca de trabajo a otros lugares, mientras que más de seis millones de sirios (el 40% de la población) están desplazados dentro del país.
El conflicto en Siria se inició en abril de 2011, en medio de masivas protestas en la región conocidas como «primavera árabe».
En el caso particular de este país, un sector de la oposición conformó milicias armadas en las que confluyeron diferentes sectores que recibieron el apoyo de la OTAN, mientras que Rusia se involucró en defensa del gobierno sirio.
El conflicto se extendió con la aparición del Estado Islámico (EI) que en su expansión tomó el control de un basto territorio del país y de Irak, bajo su autodenominado califato.
En franco retroceso del EI, el gobierno de al Assad y la oposición armada mantienen treguas en diferentes puntos del país en paralelo a las rondas de diálogo que se desarrollan en Astaná, la capital de Kazajistán.
Cronología sobre la Guerra Civil en Siria
Cuando la guerra civil empezó en 2011, había cuatro principales facciones de grupos luchando en todo país: Las fuerzas kurdas, ISIS, otra oposición (como Jaish al Fateh, una alianza entre el frente Nusra y Ahrar-al-Sham), y el régimen de Assad. Pero ISIS perdió el control de la mayoría de su territorio, y los combatientes ahora son más libres para atacarse entre sí.
Marzo de 2011 — La violencia estalla en Daraa luego de que un grupo de adolescentes y niños fueran arrestados por hacer un graffitti político. Docenas de personas murieron cuando las fuerzas de seguridad tomaron medidas contra los manifestantes.
24 de marzo de 2011 — En respuesta a las continuas protestas, el gobierno de Siria anuncia varios planes para apaciguar a los ciudadanos. Empleados estatales recibirán un aumento de salario inmediato. El gobierno también planea estudiar levantar el levantamiento de la ley de emergencia de larga data en Siria y estudia conceder licencias de nuevos partidos políticos.
30 de marzo de 2011 — Assad se dirige al país en un discurso televisado de 45 minutos. Él reconoce que el gobierno no ha respondido a las necesidades de las personas, pero no ofrece cambios concretos. El estado de emergencia permanece en efecto.
21 de abril de 2011 — Assad levanta el estado de emergencia de 48 años en el país. También suprime el Tribunal Superior de Seguridad del Estado y emite un decreto «que regula el derecho a la protesta pacífica, como uno de los derechos humanos básicos garantizados por la Constitución siria».
18 de mayo de 2011 — Estados Unidos impone sanciones contra Assad y otros seis altos funcionarios sirios. El Departamento del Tesoro detalla las sanciones diciendo que “como resultado de esta acción, cualquier propiedad en Estados Unidos o en posesión o bajo el control de Estados Unidos en los que los individuos listados en el Anexo tengan algún interés, serán bloqueados, y a la gente de Estados Unidos le está prohibido involucrarse en transacciones con ellos”.
Agosto 18 de 2011 — Estados Unidos impone nuevas sanciones económicas a Siria, congelando los bienes del gobierno sirio en Estados Unidos y prohibiéndoles a los estadounidenses hacer nuevas inversiones en el país, así también como la prohibición de transacciones de Estados Unidos relacionadas con productos sirios.
Septiembre de 2011 — La Unión Europea prohíbe importar petróleo sirio e impone otras sanciones adicionales a Siria por la “continua y brutal campaña” del gobierno contra su propia gente.
Octubre de 2011 — Un nuevo alineamiento de grupos de oposición siria establecen el Consejo Nacional Sirio, un marco de trabajo para terminar con el gobierno de Assad y establecer un sistema democrático.
Noviembre de 2011 — Los ministros de Exteriores de los 19 países de la Liga Árabe votan para imponer sanciones económicas contra el régimen sirio por su sangrienta represión de los manifestantes civiles.
Enero de 2012 — La Liga Árabe suspende su misión en Siria mientras la violencia continúa.
Febrero de 2012 — Una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU termina sin un acuerdo sobre un proyecto de resolución destinado a presionar a Siria para que ponga fin a la represión de meses contra manifestantes antigubernamentales. Estados Unidos cierra su embajada en Damasco y retira a sus diplomáticos.
26 de febrero de 2012 — Los sirios votan en un referéndum constitucional en todo el país. El 90% vota para aprobar cambios en la constitución, entre los que se encuentra la posibilidad de un sistema multipartidista.
Marzo de 2012 — Kofi Annan, el enviado especial de la ONU en Siria, se reúne con funcionarios del gobierno de Turquía y miembros de la oposición. En una visita a Siria durante el fin de semana, hace un llamado a un cese del fuego, a liberar a los detenidos y permitir el acceso irrestricto a las agencias de socorro para brindar la ayuda que tanto se necesita. El 27 de marzo, el gobierno de Siria acepta el plan de Annan para finalizar la violencia.
23 de julio de 2012 — El portavoz del Ministerio sirio de Relaciones Exteriores, Jihad Makdissi, amenaza con usar armas químicas y armas biológicas contra fuerzas extranjeras: “Las armas químicas o biológicas no deben usarse nunca… a menos de que Siria esté expuesta a una agresión externa”.
Agosto de 2012 — El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anuncia que Annan no renovará su mandato en Siria cuando expire a finales de agosto. También se presenta la renuncia y deserción del gobierno de Assad por parte del primer ministro sirio Riyad Hijab. Su portavoz leyó el comunicado en Al Jazeera. Se dice que Hijab y su familia tuvieron que huir de Siria en la noche, y llegaron a Jordania. Él fue uno de los funcionarios de más alto perfil en desertar.
Octubre de 2012 — Cinco personas son asesinadas por los bombardeos sirios en la ciudad fronteriza turca de Akcakale. En respuesta, Turquía dispara contra objetivos sirios y su parlamento autoriza una resolución que le da permiso al gobierno para desplegar sus soldados en países extranjeros.
Noviembre de 2012 — Israel dispara disparos de advertencia hacia Siria después de que un proyectil de mortero golpea un puesto militar israelí. Es la primera vez que Israel dispara a Siria a través de los Altos del Golán desde la Guerra de Yom Kippur en 1973.
11 de noviembre de 2012 — Las facciones de la oposición siria acuerdan formalmente reunirse como la Coalición Nacional de Fuerzas Revolucionarias y de Oposición Sirias.
Enero de 2013 — Assad dice que no renunciará y que su visión del futuro de Siria incluye una nueva constitución y un final para apoyar a la oposición, a la que él llama terroristas. La oposición se rehúsa a trabajar con el gobierno de Assad.
Febrero de 2013 — El Consejo de Seguridad de la ONU estima que el número de civiles muertos en la guerra civil de dos años se está acercando a 70.000.
Abril de 2013 — El secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hegel anuncia que el país tiene evidencia de que en Siria se usó el arma química sarín en una pequeña escala.
Mayo de 2013 — Países de la Unión Europea terminan el embargo de armas contra los rebeldes sirios. El senador John McCain visita a los rebeldes en Siria. Se dice que McCain fue el funcionario estadounidense de más alto rango en hacer una visita oficial desde el inicio de la guerra.
13 de Junio de 2013 — El presidente de Estados Unidos Barack Obama dice que Siria ha cruzado la “línea roja” con el uso de armas químicas, incluyendo el agente nervioso gas sarin, contra los rebeldes. Su gobierno dice que le dará apoyo a los rebeldes, que han estado pidiendo armas a EE.UU. y otros países para luchar contra las fuerzas de Assad.
2 de agosto de 2013 — La ONU hace un llamado a una investigación sobre un incidente en julio en Khan al-Assal al norte de Siria. Videos en internet pretenden mostrar a los rebeldes sirios ejecutando hasta 30 personas, la mayoría de ellos soldados del gobierno.
18 de agosto de 2013 — Un equipo de inspectores de armas de la ONU en Siria empiezan una investigación sobre si se han usado armas químicas durante la guerra civil.
Agosto de 2013 — Médicos Sin Fronteras anuncia que tres hospitales cerca de Damasco trataron a más de 3.000 pacientes que tenían síntomas “neurotóxicos”; se dice que 355 pacientes murieron. Días después, inspectores de la ONU llegan al sitio donde habría ocurrido el supuesto ataque químico en Moadamiyet al-Sham, cerca de Damasco. En camino hacia el lugar, el convoy del equipo fue atacado por un francotirador. Nadie resultó herido.
Agosto 30 y 31 — El secretario de Estado John Kerry dice que información de inteligencia de Estados Unidos encontró que 1.429 personas murieron la semana pasada por un ataque con armas químicas, incluyendo al menos 426 niños. El presidente Obama le pide al Congreso que autorice una acción militar contra Siria.
Septiembre de 2013 — Siria acepta la propuesta de Rusia de abandonar el control de sus armas químicas. El 14 de ese mes, EE.UU. y Rusia acuerdan un plan para eliminar las armas químicas en Siria. A final de ese mes, el ministro sirio de Asuntos Exteriores de Siria dice que su país no está en una guerra civil, sino en una guerra de terror.
Octubre de 2013 — Siria empieza a desmantelar su programa de armas químicas, incluye la destrucción de ojivas de misiles y bombas aéreas.
Noviembre de 2013 — La ONU anuncia que el gobierno sirio y un número desconocido de grupos de la oposición se reunirán en Ginebra para negociar el fin de la guerra civil.
Diciembre de 2013 — La alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU Navi Pillay dice que un equipo de la ONU encontró “evidencia masiva” de que altos funcionarios del gobierno sirio eran responsables por crímenes de guerra.
Junio de 2014 — Assad es reelegido, recibiendo según se informa el 88,7% de los votos en las primeras elecciones del país desde que estalló la guerra civil en 2011.
Septiembre de 2014 — Estados Unidos y sus aliados lanzan ataques aéreos contra blancos de ISIS en Siria, enfocados en la ciudad de Raqqa.
30 de octubre de 2015 — El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dice que Estados Unidos desplegará «menos de 50» fuerzas de Operaciones Especiales, que serán enviadas al territorio controlado por los kurdos en el norte de Siria. Las tropas estadounidenses ayudarán a las fuerzas locales kurdas y árabes que combaten a ISIS con la logística y planean reforzar sus esfuerzos.
Febrero de 2016 — Un cese temporal del fuego entra en efecto. La tregua hace un llamado al régimen sirio y a los rebeldes de permitir el acceso de organizaciones de ayuda humanitaria para entrar a territorios disputados para que puedan asistir a los civiles.
Marzo de 2016 — Rusia comienza a retirar sus fuerzas de Siria. Una portavoz de Assad le dice a CNN que la campaña rusa se está cerrando tras cumplir sus objetivos de ayudar a las tropas sirias a recuperar territorio reclamado por terroristas.
Septiembre de 2016 — Los ataques aéreos de la coalición encabezada por Estados Unidos cerca del aeropuerto Deir Ezzor destinados a atacar al ISIS matan a 62 soldados sirios. Un convoy de ayuda y un almacén de la Media Luna Roja Árabe Siria son bombardeados; nadie asume la responsabilidad. Los ataques obligan a la ONU a detener las operaciones de ayuda en Siria. Más adelante cerca de 200 ataques aéreos impactan Aleppo durante un fin de semana, un nivel de ataque jamás visto antes, según le dijo a CNN un activista.
Diciembre de 2016 — Las fuerzas del gobierno retoman el control de la mayor parte de Aleppo que estaban en manos de grupos rebeldes. Turquía y Rusia negocian un cese del fuego para el este de Alepo para que los civiles puedan ser evacuados. El 22 de ese mes, la prensa estatal siria dice que las fuerzas del gobierno retomaron el control completo de Aleppo, terminando más de cuatro años de dominio rebelde.
4 de abril de 2017 — Se informa que decenas de civiles murieron en un presunto ataque químico en la ciudad de Khan Sheikhoun, controlada por los rebeldes. El Ministerio de Defensa de Rusia dice que el gas fue liberado cuando las fuerzas sirias bombardearon un depósito de municiones químicas operado por terroristas. Sin embargo los activistas dicen que los sirios llevaron a cabo un ataque químico dirigido.
6 de abril de 2017 — Estados Unidos lanza un ataque militar contra una base del gobierno sirio como respuesta al ataque con armas químicas contra civiles. Bajo las órdenes del presidente Donald Trump, los buques de guerra estadounidenses lanzan 59 misiles de crucero Tomahawk en la base aérea donde estaban los aviones de guerra que llevaron a cabo los ataques químicos.
Octubre de 2017 — ISIS pierde el control de su autoproclamada capital, Raqqa. Las fuerzas apoyadas por Estados Unidos que luchan en Raqqa dicen que las “grandes operaciones militares” han finalizado, aunque aún hay focos de resistencia en la ciudad.
26 octubre de 2017 — Un reporte conjunto de la ONU y de los inspectores internacionales de armas químicos, encuentran que el régimen de Assad fue el responsable del ataque con gas sarín de abril de 2017, que mató a más de 80 personas. Siria ha negado repetidamente haber estado involucrado en el ataque y tener cualquier arma química.
Marzo de 2018 — Más de 1.000 niños han sido asesinados en todo Siria, según Unicef. En total, 342 niños murieron y 803 quedaron heridos en Siria en los primeros dos meses de 2018, según le dijo a CNN la jefa regional de comunicaciones de Unicef citando varias fuentes.
Fuentes: Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAA), Organización Internacional para las Migraciones (OIM)