Más de 5.000 personas se ubicaron en el entorno de la plaza de la Catedral de la ciudad para despedir al menor asesinado
El obispo de Almería, Adolfo González Montes, ha afirmado que Gabriel Cruz era «un niño alegre y bonito, un niño sonriente que nos tenía a todos cautivados», y ha asegurado que su «muerte sin sentido» pone de manifiesto la «situación enferma» del corazón humano y «de nuestra condición pecadora».
«Gabriel no tuvo tiempo de que su corazón se pervirtiera la maldad que transversalmente alcanza a los adultos y su muerte violenta le acerca de una manera muy espacial a Cristo, víctima de la cruel violencia de su pasión y cruz», ha trasladado en la homilía de la misa funeral celebrada este martes en la Catedral de Almería por el pequeño.
González Montes, ante el féretro del niño, que presidía el altar y que sus padres, Ángel y Patricia, han besado al entrar en el templo, ha hecho alusión a la «desolación e impotencia» que hechos como esta «muerte cruel» siembran.
«Gabriel está con Jesús, que acogía a los niños que se le acercaban pero sus padres y familiares necesitan de nuestra plegaria para que Cristo sea su fuerza y la nuestra en esta hora difícil», ha señalado.
Al tiempo, ha subrayado que el pequeño ha «emprendido el camino que lleva a Cristo glorificado para disfrutar del amor definitivo, de la felicidad que nunca se acaba». «Gabriel acompañará ahora a sus padres y abuelos desde el cielo», ha manifestado.
La autopsia confirma que Gabriel murió estrangulado el mismo día de su desaparición
La autopsia del pequeño Gabriel desvela que el niño murió asfixiado por estrangulamiento el mismo día de su desaparición, según fuentes de la investigación.
Tras 12 días con el alma en vilo, agentes de la Guardia Civil detuvieron este domingo a Ana Julia Quezada en la localidad de Vícar (Almería), a unos 60 kilómetros de Las Hortichuelas. La pareja del padre de Gabriel Cruz fue sorprendida mientras trasladaba el cadáver del niño en el maletero de su coche. El cuerpo tenía restos de barro y se encontraba envuelto en una manta.
Según ha informado el Ministerio del Interior, Ana Julia Quezada Cruz, a la que la Guardia Civil interrogó el pasado miércoles, fue detenida cuando transportaba el cadáver en el maletero de su coche desde un pozo en el que se encontraba hasta otro lugar donde pretendía esconderlo. La arrestada había acudido a por el cuerpo del pequeño tras haber acercado al padre del menor a otra zona de Almería.
El resultado de la autopsia, practicada en el el Instituto de Medicina Legal de Almería, es clave para determinar qué pasó durante las últimas horas de vida del niño, al que se perdió el rastro el pasado 27 de febrero cuando salió de casa de su abuela para ir a jugar a una casa de unos primos a unos 100 metros de distancia, pero nunca más volvió.

Ana Julia se convirtió en sospechosa desde el principio para la Guardia Civil al no tener una coartada clara en el momento de los hechos y al asegurar que había perdido su móvil en dos ocasiones. Todas las miradas se posaron de nuevo en ella cuando apareció la camiseta blanca del niño, que contenía restos de ADN de Gabriel.
La ahora detenida aseguró haberla encontrado en uno de los rastreos en que participó, pero el punto del hallazgo, cercano a las balsas de la depuradora de Las Negras, ya había sido peinado sin resultado positivo. La camiseta, además, estaba seca y, aunque esa mañana lució el sol en Almería, todos los días anteriores habían sido de lluvia intensa.
La aparición de la camiseta forzó a la Guardia Civil a rastrear en el interior de las balsas sin resultado alguno y, durante los dos días que duró la búsqueda los interrogantes en torno a la prensa y las circunstancias de su hallazgo, incomodaban al entorno de la familia. El pasado miércoles, Ana fue citada en la Comandancia de Almería, en un encuentro que fuentes de la investigación calificaron como «rutinario», mientras los portavoces de la familia negaban rotundamente una cita que confirmó Interior.
La capilla ardiente del pequeño Gabriel, instalada en el Palacio Provincial de la Diputación de Almería, ha abierto a las cinco de la tarde sus puertas para todo aquel que desee acompañar a la familia del pequeño. De forma previa los familiares han podido velar a solas al menor.
Cientos de personas esperaban en la puerta del Palacio Provincial a la espera de la apertura de puertas. Entre aquellos que presentarán sus condolencias a la familia se encuentra Susana Díaz y Juan Ignacio Zoido.
La misa en memoria de Gabriel será oficiada por el obispo de Almería, Adolfo González Montes, mañana a ñas 10:30 horas en la catedral almeriense
¿Podría aplicarse la prisión permanente revisable en el ‘caso Gabriel’?
El presunto asesinato del niño almeriense abre de nuevo el debate sobre la oportunidad de eliminar de nuestro Código esta pena, aplicable a casos como este. ¿Qué implica?
Patricia Ramírez y Ángel Cruz, los padres de Gabriel, del menor abrazándose durante una concentración en Almería para reclamar el regreso a casa de su hijo. En vídeo, el portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando. CARLOS BARBA (EFE) | VÍDEO: ATLAS
La noticia del descubrimiento del cuerpo sin vida del pequeño Gabriel Cruz en el maletero de la pareja actual de su padre saltaba ayer a mediodía conmocionando a todo el país. El más triste y doloroso desenlace tras 12 días de incesante búsqueda después de la misteriosa desaparición del niño. Una causa que ha movilizado a miles de efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, pero también a toda la sociedad.
Ahora, mientras se suceden las muestras de condolencias y apoyo a la familia del menor, y aún abierta la investigación, muchos ciudadanos se preguntan ¿Es este un caso de prisión permanente revisable?
Este y otros casos muy recientes, como el de la joven Diana Quer, cuyo cuerpo fue encontrado el pasado mes de enero, abre el debate sobre las penas aplicables a sus presuntos asesinos. Los familiares de Marta del Castillo, cuyo cadáver sigue desaparecido, de la pequeña Mari Luz, y otros muchos se unen para reclamar que no se derogue la prisión permanente revisable.
La clave en el «caso Gabriel»
Para aplicar esta pena a quien sea el autor de la muerte de Gabriel Cruz, el abogado penalista José María de Pablo señala que la clave del caso está en que los hechos no se castiguen como homicidio (que no conlleva la prisión permanente) sino como asesinato.
«Entre las circunstancias que transforman un homicidio en asesinato hay dos que –a la espera de lo que determine la investigación- podrían concurrir aquí», indica el letrado.
Una es la alevosía, que consiste en cometer el delito empleando medios o modos que aseguren su ejecución, evitando el riesgo que para el delincuente pueda proceder de la víctima al defenderse, apunta de Pablo «En este caso, la propia diferencia de edad, fuerza, etc., entre la detenida y la víctima apuntan a que se pueda apreciar alevosía y, por tanto, se califiquen los hechos como asesinato», opina.
Otra circunstancia que convertiría el homicidio en asesinato sería que se hubiera matado a la víctima para evitar que se descubra otro delito (por ejemplo, un secuestro).
«Si se acreditan cualquiera de estas dos circunstancias, y los hechos no se califican como homicidio sino como asesinato, se podrá imponer al culpable la pena de prisión permanente revisable”, puntualiza de Pablo.
De 25 a 35 años en prisión
La pena de prisión permanente revisable se introdujo en el Código Penal en el año 2015 y conlleva el cumplimiento íntegro durante un periodo de tiempo que oscila entre los 25 y los 35 años, dependiendo de que la condena sea por uno o varios delitos, o de que se trate de delitos terroristas. Una vez superado este periodo, el reo tiene derecho a que su condena sea revisada cada dos años. La lista de delitos para los que está prevista dicha condena incluye el delito de genocidio, los asesinatos cometidos por miembros de una organización terrorista y otros supuestos agravados de asesinato. Por ejemplo, el asesinato tras una violación (artículo 140.1.2º del Código Penal), supuesto en el que podría encuadrarse el caso de Diana Quer, o el asesinato de un menor (artículo 140.1.1º del Código Penal) como en el caso del pequeño Gabriel.
Para que se suspenda la condena, además del cumplimiento mínimo de prisión señalado (artículo 92.1 del Código Penal), el reo debe haber obtenido el tercer grado penitenciario, que deberá ser autorizado por el tribunal con base en un pronóstico previo individualizado y favorable de reinserción social. Además, debe haberse satisfecho la responsabilidad civil derivada del delito y cumplido un concreto número de años, según los casos, de prisión efectiva.
Cabría preguntarse qué sucedería con la presunta asesina en el supuesto de que se aprobara la derogación de la pena de prisión permanente revisable, pendiente de la propuesta presentada por el Partido Nacionalista Vasco, que la tacha de inconstitucional y contraria a los derechos humanos.
En caso de que la prisión permanente revisable sea derogada, indica De Pablo, aquellos reos que hayan sido condenados a esta pena tendrán derecho a la revisión de su condena siempre que la nueva regulación les sea más favorable. Esto ocurre siempre que se produce una reforma legal que rebaja la pena aplicable a un delito, aclara el abogado.
A pesar del ruido mediático, hasta el momento, la condena de prisión permanente revisable solo se ha impuesto en un caso en nuestro país. El de un padre que mató a sus dos hijas menores con una radial, en un pueblo gallego en julio de 2015. La sentencia llegó en julio de 2017, y fue condenado atendiendo al veredicto de culpabilidad emitido por el jurado popular.
Frente a la propuesta de su eliminación, el Gobierno anunciaba en febrero un proyecto de ley para ampliar los delitos con prisión permanente revisable. Entre los supuestos a los que también se aplicaría esta pena se recogen: los asesinatos en los que su autor oculte el cuerpo de su víctima y no ayude a su localización; los secuestros que acaben con la muerte del rehén y los asesinatos en los se usen elementos químicos, nucleares o incendios.
El debate está abierto. Vicente Magro, magistrado de la Sala de lo Penal del Tribuna Supremo, considera que su supresión sería inadecuada, técnicamente hablando, porque «en ningún momento se reguló como una cadena perpetua», ya que el artículo 92 del Código Penal apuesta por la rehabilitación en los casos en que concurriera la posibilidad de acreditar esta y cumplidos 25 años de su condena. Lo que cambiaría serían los parámetros del cumplimiento, indica Magro, porque «hay penados que cumplen esas penas con el actual sistema como ya apuntó José Manuel Maza». En este sentido, el fallecido fiscal general del Estado, José Manuel Maza, consideraba que esta pena tiene realmente un valor simbólico, pues en España ya se cumplían hasta 25 o 20 años de prisión sin revisión.